domingo, 20 de enero de 2013

De la cama al suelo


Todo empieza con una mirada. Me muerdo el labio, me coges la mano y de repente mi mente se olvida de cómo se escriben los poemas. Antes de toda pluma viene la inspiración. Y ahí estamos los dos, no se como, pero sin ropa. Ya ni se cuanto tiempo llevaré perdida entre tu piel. Que entre besos y caricias llega la noche y con ella la intimidad. Por fin se va el sol, la luz... Deámosle la vuelta al despertador, esto jamás acabará. ¿Cómo sabremos que acaba si ni siquiera tenemos claro cuándo empezó? Entre las sábanas jugar al escondite con tu espalda, ganar una batalla que yo misma comencé. Resbalar y caerse de la cama por culpa del puto sudor, que nunca deja que disfrutemos a solas. Otra vez. Nosotros en el suelo abrazos.


"Tu siempre estabas dispuesta. Es domingo por la tarde" 

jueves, 10 de enero de 2013

De alcohol y cafeterías


Un reencuentro de recuerdos de alcohol y cafeterías
frágiles sonrisas que en su día marcaron el rumbo hacia ningún lugar
hacia el suelo que toqué aquel noviembre...

Y pienso en tardes de sofá y almohada,
en tu aliento susurrante en mi oreja
en aquellas noches que pasamos juntos en el quinto paraíso
en todo aquello que un día tan feliz nos hizo.

Que a veces el silencio dice mucho
pero otras las palabras dicen más.

Tu antigua manía de acercarte
y mi buena nueva costumbre al apartarme.
Que el mejor recuerdo es el del beso no dado.

Porque a mi lo que me gusta ahora es pasear entre naranjos.

lunes, 31 de diciembre de 2012

Después de noviembre siempre está diciembre


      El tiempo se nos escapó entre los huecos que el viento creó en mi pelo. No tengo muy claro si se quedó en el mar o en la montaña, allí donde esté debe de estar a gusto porque parece que no quiere volver.
      Las pegadas quedan atrás en el camino y las botas están cansadas de hacer huellas que de la tierra se borrarán con el paso de los momentos. Porque quizá ni la música ni los versos sean lo mio y el haber posado mis manos frías sobre tu pecho hayan hecho que todo aquello se congelara.
      Y es que quizá ahora me dedique a ver caer agua desde el tejado, cosa de locos! Pero es que mi loca sonrisa siempre fue lo que más te gustó.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Su olor todavía está en mi cama y aún así no lo echo de menos.

Háblame, abrázame, bésame. Haz lo que quieras pero no me sueltes. No te vayas. No me dejes ir otra vez. Quédate aquí, acurrucada entre mis sábanas hasta que volvamos a sentir la llamada de Morfeo. Hazlo  No me hagas sufrir. Vive, sueña y déjame ser feliz entre tus pies.



martes, 16 de octubre de 2012

De arena y porcelana

Hai que adaptarse ós tempos que corren e tamén os lugares nos que unha está. Por isto pode que algunhas veces, como agora é o caso, escriba en castelán.

                 Él entró en su vida como quien entra una madrugada de enero por aquella ventana que siempre se te olvida cerrar. Así lo hizo, como una pequeña tormenta inesperada pero tormenta al fin y al cabo. Truenos, relámpagos, lluvia...! pero quienes los vieron también recuerdan el calor que se respiraba entre ellos. Un calor que se acabó convirtiendo en el clima más deseado por los habitantes de aquel lugar.
              A veces hacía sol, otras llovía, pero lo que todos esperaban era que aquella tormenta volviera a cruzar la ventana. Sin duda eran los días más deseados.
             Ella vivía en una pequeña casa, pongamos que de porcelana, y el construyó un castillo de arena para poder ser el apuesto príncipe que siempre triunfa en los cuentos. Sus vidas no eran como las de los demás. ¿Enamorados? Puede que si, aunque jamás se declararon. A ellos nunca le hicieron falta palabras y es por eso que nadie supo como sonaban sus voces. Su melodía favorita era la de los pasos al andar y como aquello no había nada. Tin, tan, tan, tin. Ellos se entendían así y eran felices. ¿Que tenían que opinar los demás? Era su vida y ellos la vivían como querían.

jueves, 30 de agosto de 2012

Cara o mar

E se voláramos tan alto que nin a águia máis rápida nos puidera alcanzar. Se poidéramos rozar o perfil da Terra ca punta da nariz e baixar. Precipitarnos. Tumbarnos suavemente sobre o colchón do mar. E aí vivir, lonxe da humanidade. A solas. Sen bandeiras, sen fronteiras. Simplemente estar. Acaso hai maior satisfacción que a tranquilidade?
Saber que nada sucederá, que nada cambiará. Estaremos mecéndonos infinitamente entre as ondas e tan só alí seremos libre por fin. Libres de ataduras e de responsabilidades. Libres de soberbias miradas e sonrrisos finxidas.
Só ti e eu.

15-03-2012 Nun bus urbano de Santiago de Compostela

lunes, 20 de agosto de 2012

Chuvia



Levaba tempo sen sen verte, tanto que incluso cheguei a pensar que non querías saber nada de min. Sei que o ano que ven non nos vamos a ver tanto como nos últimos vinte e por iso agradecín a túa inesperada visita. Pode que non fora o día axeitado nin o mes oportuno e que todos viran con recelo a túa aparición pero para min foi unha agradable sorpresa. Sen dúbida das mellores deste estío.

Vinte vir de lonxe e cando cando rozaches a miña meixela sen avisar estremecín por dentro. Que sensación! Xa ía tempo que non me sentía así... Todos se agobiaron e enlouqueceron en canto nos viron xuntos, mirábanche con aires de superioridade e non querían saber de ti. Non entendían a felicidade que me provocaba terche ó redor, xunto a min, ó redor do meu corpo...

P.D: que saibas que tamén votarei de menos o xeito que tes de convertir as cidades, os nosos paseos pola cidade vella de Santiago e os segredos que escondes alá arriba, dende onde ves.